La tarima de bambú es extremadamente resistente a las variaciones climáticas y al paso del tiempo. Actualmente, es el producto natural más estable y duradero del mercado, ninguna madera dura alcanza sus cualidades.

El bambú es un recurso altamente sostenible. Se considera una hierba más que un árbol, y tiene la capacidad de crecer a su tamaño completo en tan solo 3 a 5 años, mucho más rápido que los árboles de madera dura, que pueden tardar décadas.

La tarima de bambú ofrece un aspecto cálido y natural que puede complementar cualquier diseño exterior. Su textura y color pueden variar, lo que permite personalizar fácilmente el acabado deseado.

Versatilidad de Diseño: Este material se puede adaptar a diferentes estilos y conceptos, desde un look más rústico hasta un diseño moderno y minimalista.

Su alta estabilidad le permite un excelente comportamiento, sin deformaciones, torsiones, ni cambios de tamaño, siendo inalterable al envejecimiento.

Es resistente al desgaste y a la abrasión, lo que lo hace ideal para áreas de alto tráfico.

Al absorber grandes cantidades de CO2 durante su crecimiento, el bambú contribuye significativamente a la reducción de la huella de carbono. Este proceso ayuda a mitigar el cambio climático.

Bajo Mantenimiento: Requiere un mantenimiento menor que el necesario para la madera tradicional. Regularmente, bastará con limpiezas periódicas y tratamientos con aceites o selladores especializados, en caso de mantener el color. Si se opta por un color grisáceo, no precisa mantenimiento alguno.